Lenguaje no verbal, la importancia de los gestos
Más del 60% de la comunicación se basa en el lenguaje no verbal, decisivo en entrevistas de trabajo y en las relaciones sociales
¿Vale un gesto más que mil palabras? Parece ser que sí. Al menos, a juzgar por las palabras de los expertos en comunicación que indican que más del 60% de la comunicación está dominada por nuestros gestos y ademanes, por el lenguaje no verbal. Estas conclusiones son muy recientes, ya que el estudio científico de este tipo de comunicación se inició a comienzos del siglo XX con la investigación de las expresiones del rostro, un trabajo cuyos resultados no fueron demasiado alentadores.
La importancia de los gestos
En la década de los cincuenta la investigación cobró fuerza y un grupo de científicos (entre los que destacaron Ray L. Birdwhistell, Albert E. Scheflen o Paul Ekman…) enfocó el tema siguiendo una metodología científica que analizó la comunicación en su conjunto, abarcando diversos campos de la ciencia, como la psicología, la psiquiatría, la sociología, la antropología… En el año 1971 Flora Davis publicó en Estados Unidos el libro “La Comunicación No Verbal”, obra en la que recogió un resumen de estas investigaciones y que muestra cómo la parte visible de un mensaje es por lo menos tan importante como la audible, ya que los humanos nos comunicamos a muchos niveles simultáneamente, tanto de forma consciente como inconsciente. La importancia que los diversos autores conceden a esta parte visible del mensaje “varía levemente, pero todos apuntan el predominio de lo no verbal frente a lo verbal”, según indica Alejandro Salgado, profesor de Comunicación Interpersonal en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca. Este docente subraya que otro estudioso de este campo, Albert Mehrabian, ya indicó que en la comunicación interpersonal el 93% del significado procede de lo no verbal (el 58% correspondería a los gestos, el 35% al uso de la voz para transmitir palabras y sólo el 7% restante del significado recaería en la importancia de la palabra). Otros autores, como Ray Birdwhistell, hacen recaer sobre los gestos el 60% de la comunicación, frente al 40% de la importancia de las palabras. La comunicación no verbal, como aclara Salgado, se compone esencialmente de:
Kinésica: Se trata de los gestos, las posturas y los movimientos del cuerpo. Proxémica: Es la disposición de los objetos en un espacio, y cómo las personas se desenvuelven en un lugar. El mantenimiento de la conocida como “burbuja personal”, la distancia, es algo de suma importancia en todas las culturas. Muchas veces, el hecho de que una persona nos caiga mal se debe a una diferencia en la percepción de la distancia mínima entre la otra persona y nosotros.
Paralenguaje: Es el uso de voz para transmitir las palabras.
Sonreír, mover las manos de un modo u otro… ¿dónde se encuentra el origen de nuestros gestos, son rasgos innatos o aprendidos? Diego Sala, profesor de Comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo explica que son consecuencia de un proceso mixto entre aprendizaje y genética. No cabe duda de que hay gestos innatos, gestos que son propios de la sociedad en la que nos encontramos, y otros tomados por imitación, como un gesto o tic ‘copiado’ de nuestros progenitores. Pero no siempre ocurre de este modo y hay estudios que constatan que los niños, aun antes de nacer, ya sonríen; asimismo, los niños ciegos de nacimiento esbozan una sonrisa que no han podido aprender por imitación de quienes están a su alrededor. Otros gestos y elementos no verbales son culturales, “algunos comunes a todas las culturas, y otros específicos. En la cultura oriental, por ejemplo, el contacto táctil apenas existe, y el uso de colores en ceremonias y rituales es diferente al nuestro”, explica Salgado. Porque, efectivamente, los dos expertos coinciden en señalar que la educación que recibimos es crucial para nuestro comportamiento no verbal, un aspecto que revela más de lo que sospechamos de nosotros mismos. ¿Hay que tener en cuenta, entonces, este tipo de comunicación?
Una herramienta muy útil
No hay duda de la importancia del lenguaje que no se expresa con las palabras, ya que sólo alguien “que actúe o domine mucho la destreza de comunicación simulará o nos engañará”, según indica el profesor de la Universidad salmantina. De hecho, la primera impresión es fundamental en casi todas nuestras relaciones con los demás. Lo que nos transmite alguien en un primer encuentro da lugar a una idea que se forma en nuestro inconsciente al instante de haber conocido a la persona. Un brevísimo período de tiempo que nos basta para decidir si alguien nos agrada o desagrada y si queremos mantener o no algún tipo de relación con ella. Porque el modo de saludar o movernos dice todo de nosotros, “desde el interés que tenemos por los demás hasta si nos encontramos nerviosos, seguros o extremadamente relajados”, explica el profesor salmantino. Sala señala además que el lenguaje no verbal es esencial para transmitir sentimientos y sensaciones: “Miradas, gestos de apoyo… son imprescindibles para trasladar sentimientos a las personas de nuestro entorno”, especialmente la mirada y las manos, una instrumento muy preciso para transmitir los estados de ánimo, “por lo que hay que saber utilizarlas como apoyo para enfatizar argumentos o ideas”, dice.
El cuerpo también “se chiva” cuando se miente o se fuerza una situación, y por este motivo las situaciones personales se resuelven mejor cara a cara que por teléfono u otro medio, donde se puede perder una importante parte del mensaje, aunque también la voz transmite mucha información. Una frase puede ocultar el significado contrario al que está expresando, según la entonación que se utilice, y los silencios también transmiten mucha información sobre cómo se encuentra realmente el otro, “bien por otorgar, bien por ser valorativos...”, subraya Salgado.
Los profesionales de los medios de comunicación visuales o los políticos son grandes conocedores de la importancia de controlar la postura o las expresiones faciales, y saben que todo comunica, desde el uso de los gestos y la voz hasta el diseño de los platós de televisión, el uso del vestuario, los colores… Un ejemplo de ello fue el primer debate televisado de la historia, que enfrentaba a Nixon y Kennedy. Quienes lo escucharon por la radio dieron la victoria a Nixon, por la consistencia de su discurso; por televisión, el vencedor fue Kennedy, debido a su soltura y capacidad de transmitir mediante el lenguaje no verbal. “La comunicación no verbal es una orquesta en donde cada instrumento debe estar correctamente afinado, y entrar en el momento justo”, indica Salgado, motivo por el que todos los profesionales relacionados con la imagen aprenden a dominar su propia comunicación no verbal, tanto como a estructurar su discurso.
Conocer el lenguaje no verbal puede servir de ayuda también para enfrentarse a una entrevista laboral, donde los entrevistadores intentan obtener la información que no consta en un currículo: la seguridad y la confianza del candidato, cómo se desenvuelve con las personas, su educación… Un estudio realizado en Reino Unido mostró que la mayoría de las empresas se basan únicamente en la entrevista como método para contratar personal, por lo que causar “una buena impresión inicial en una entrevista de trabajo puede ser incluso más importante que el currículum o las buenas referencias”, explica Salgado.
Para los que no dominen sus nervios, existe una esperanza, ya que Remedios Gómez, psicóloga experta en selección de personal, discrepa a este respecto y asegura que el lenguaje no verbal no resulta tan decisivo a la hora de asignar un puesto de trabajo a un candidato, ya que si quien realiza estas entrevistas no es un profesional y se deja guiar por los estereotipos, puede actuar en perjuicio del entrevistado. Gómez es más partidaria de utilizar la comunicación no verbal, en estas ocasiones, para reforzar al otro mediante una escucha activa que se manifieste con gestos de respaldo hacia el candidato, “como mirar con atención o echar el cuerpo hacia delante demostrándole interés”. Asimismo, señala la importancia de tener en cuenta que los gestos no se pueden interpretar por separado para evitar obtener conclusiones erróneas. Porque, ¿qué puede decir de nosotros nuestro cuerpo?
Las pistas
Teniendo en cuenta las afirmaciones de la psicóloga, y evitando conceder una excesiva importancia a las señales que envía nuestro cuerpo, generalmente hay una serie de indicadores en los que los expertos se muestran de acuerdo:
Manos: Generalmente, las palmas hacia arriba y abiertas indican honestidad. Por el contrario, hacia abajo, significan una posición dominante y en ocasiones, poca honestidad. Cerrar la mano y apuntar con un dedo, suele indicar una posición dominante y agresiva. En cuanto a los apretones de mano, si las manos están verticales, significa igualdad. Si una mano está encima, significa dominio y si está debajo, sumisión y recato. Cuando se hace con fuerza significa seguridad. Frotarse las manos significa que hay expectativas positivas o un buen entendimiento entre las partes. Juntar las yemas de los dedos de las manos puede indicar un alto grado de confianza en uno mismo. Cara: Cuando la mano tapa la boca es señal de mentira, así como tocarse la nariz en múltiples formas o frotarse los ojos. Los ojos muy abiertos, denotan sorpresa, admiración, mientras que los ojos más cerrados o forzadamente cerrados denotan desconfianza, seriedad y desaprobación. Las personas que miran a los ojos suelen inspirar más confianza y ser más sinceras que las que rehuyen la mirada. La mirada puede ser: de negocios, cuando se mira la franja comprendida entre los ojos y la frente; social, que comprende la franja entre los ojos y la boca; e íntima, que comprende la franja situada entre los ojos y el pecho, y puede llegar a recorrer todo el cuerpo. Las miradas de reojo demuestran complicidad o duda. Cruzar los brazos: es un signo de actitud defensiva, y si se hace con los puños cerrados significa, además, una actitud hostil. Si se cruzan con los pulgares fuera, demuestra superioridad. Si solo nos agarramos un brazo, es un signo de expectantes, una duda entre cruzar los brazos y crear una barrera o soltar el brazo cogido y mostrar confianza al interlocutor. Cruzar las piernas: También denota una actitud defensiva o desconfianza. Si los brazos, además, sujetan la pierna, significa una actitud cerrada, de terquedad. El cruce de piernas si se está de pie denota actitud a la defensiva, pero si se mantienen ligeramente abiertas denota cordialidad y talante negociador. Si se cruzan los tobillos, es una actitud intermedia entre pasar a defensiva y mostrar confianza. Si bien es cierto que las personas menos expresivas tienen limitada su capacidad de comunicación, la espontaneidad o la “gracia” no es una medicina que sirva para curar todos los males comunicativos, según indica Diego Sala, que añade que incluso “un exceso de estas características puede llevarnos a conseguir un efecto totalmente contrario al que buscamos”. Las personas más tímidas o menos expresivas deberían, por tanto, tomar el arma de la naturalidad, pues ser natural es la mejor manera de ser persuasivo: “Actuar tal y como somos y creer en lo que decimos es la fórmula más acertada para saber reaccionar en cualquier momento de expresión pública”, concluye.
Curso de Comunicación y Atención al Cliente
Curso de Comunicación y Atención al Cliente en Hostelería y Turismo (Centro Gastronómico-Écija)
martes, 5 de julio de 2011
miércoles, 22 de junio de 2011
Entrevista Laboral: Vestimenta y aspecto para una entrevista de trabajo
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Por Bárbara Hirtz, en 27 de febrero de 2010
Hay algunas normas que debemos respetar si no queremos fracasar por culpa de la indumentaria.
Los primeros pasos, es decir: armar el curriculum, realizar la búsqueda, actualizar nuestros perfiles en las Redes Sociales y cada uno de los escalones en los que venimos enfatizando para una correcta búsqueda laboral, quedan de lado cuando el objetivo está cumplido, o por lo menos lo hacen por un momento, cuando ya logramos dar con una oportunidad, con una entrevista de trabajo.
Sin embargo, en reemplazo de esas tareas aparece una muy importante para este tipo de casos: la vestimenta, la indumentaria adecuada para presentarnos de la mejor manera a nuestra oportunidad laboral.
El aspecto y la vestimenta son fundamentales a la hora de la entrevista laboral, a tal punto que hasta las estadísticas lo demuestran.
Por ejemplo, según un estudio realizado hace algún tiempo, el 95% de los empleadores asegura que el aspecto y la vestimenta del postulante influyeron en su opinión; el 91% considera que el aspecto y la vestimenta reflejaban la actitud del postulante hacia la empresa; mientras que el 61% dijo que el aspecto y la vestimenta también influyeron en los posteriores ascensos de esa persona.
Ya está claro que es un factor muy importante, ahora pasemos a los conceptos a tener en cuenta llegado el momento.
La primera impresión es muy importante. Es fundamental no presentarse desprolijo, es muy probable que si lo hacemos, el eventual empleador piense que también somos descuidados en otros aspectos, como el trabajo por ejemplo.
Es fundamental conocer sobre el puesto que posiblemente podamos ocupar. En dicho sentido, si el lugar requiere de madurez, no es conveniente vestirse como un estudiante universitario. La ropa debe reflejar nuestro conocimiento sobre el tipo de trabajo que queremos ocupar.
De tal modo, si los puestos de trabajo tienen que ver más con labores de fuerza, como por ejemplo: carga y descarga, los empleadores no estarán muy contentos de ver a alguien sumamente elegante.
Otro factor a tener en cuenta y que también sirve como ejemplo, es que si lo que buscamos es un puesto administrativo o de ventas, siempre es recomendable no utilizar mamelucos o pantalones jeans.
En definitiva, la recomendación es la de averiguar siempre sobre la empresa en cuestión, asesorarnos de cómo se visten las personas que allí trabajan y si la compañía cuenta con algunas normas a respetar.
Además debemos:
-En el caso de mujeres, el cabello debe estar prolijamente peinado o arreglado y no usar demasiado maquillaje.
-En el caso de hombres, estos deben afeitarse prolijamente.
-Usar ropa limpia, planchada y en buen estado.
-Lustrar los zapatos.
-Estar seguros de tener la cara, las manos y las uñas limpias.
Fuente: http://www.buscarempleo.es/general/vestimenta-y-aspecto-para-una-entrevista-de-trabajo.html
¡Cuánto decimos sin hablar! Comunicación no verbal
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Jose Garrido, experto en Management.
El 75% de nuestra comunicación es no verbal. A través de nuestros gestos, de las posturas que adoptemos, de las sonrisas, de las muecas, del tacto, del ritmo al caminar, de la mirada y de cualquier movimiento corporal que hagamos somos capaces de transmitir al receptor mucho más de lo que creemos.
Recuerdo que hace unos años, un amigo mío, directivo de una gran empresa, me comentaba que catalogaba a las personas por el ritmo que tenían al caminar. Las personas con gesto enérgico, atlético, vigoroso, seguras de si mismas, capaces de comerse al mundo tenían un paso largo, altivo y rápido. Por el contrario, las personas con gesto apático, inseguras, sumisas, poco atléticas, aflorando tranquilidad por los cuatro costados caminaban con paso lento y parsimonioso. Mi estimado amigo no estaba ni pizca equivocado.
Como cualquier lenguaje, el cuerpo es capaz de transmitir palabras, frases, emociones y sentimientos. Cada gesto puede implicar una palabra y ésta a su vez puede tener varios significados. Los gestos siempre dicen la verdad sobre los sentimientos y actitudes de quien los realiza y el receptor de éstos es quien realmente los analiza y compara con lo expresado oralmente.
En el mundo de los negocios, la comunicación no verbal, juega un papel fundamental, donde a veces un mal gesto puede dar al traste con un buen negocio. La comunicación no verbal delata a nuestro interlocutor y a nosotros mismos. Muchas veces decimos cosas que nuestros gestos a través de la comunicación no verbal, comunican otra muy distinta.
El contacto visual puede ser un arma de doble filo, mientras que en ciertas culturas asiáticas se interpreta como falta de respeto al superior o a una persona mayor, en los países occidentales es una falta de respeto no mirar a los ojos a quien te habla, denota desinterés, desconfianza. La mirada es sincera y pocas veces nos engaña.
Aunque el lenguaje corporal en la Europa occidental puede estar más o menos estandarizado y por tanto, el conocimiento de los gestos pueden ser similares de un país a otro, cuando tratamos con culturas realmente distintas como las de los países árabes, asiáticos o africanos, es necesario además de conocer su cultura, sus costumbres, sus valores y asunciones propios; como se comunican de manera no verbal. En ello va el éxito de una buena negociación y como consecuencia de un buen negocio.
Estos días tan tristes por los desastres de Japón, estamos viendo imágenes de los supervivientes de la catástrofe natural y del pueblo japonés en general que denotan profunda tristeza, respeto, sumisión, lloran a sus muertos sin gemir hacia adentro, Se inclinan y juntan las palmas de las manos como señal de respeto por las víctimas. Eso forma parte de la comunicación no verbal y por tanto del conocimiento de las culturas.
Fuente: http://www.turinomia.es/2011/03/21/%C2%A1cuanto-decimos-sin-hablar-comunicacion-no-verbal/
EL LENGUAJE CORPORAL: LA MIRADA.
La mirada
Una vez iniciada una conversación es mucha la información que podemos obtener de nuestro interlocutor si sabemos prestar atención al lenguaje de su cuerpo. Los ojos tienen una gran importancia y es mucho lo que podemos decir con ellos. No es extraño, por tanto, escuchar expresiones como "Hay miradas que matan", "Tenía una mirada de hielo" o "Me abrasó con su mirada". Hay miradas burlonas, miradas iracundas, miradas de sorpresa e incluso miradas veladas.
Al escuchar, miras atentamente a los ojos de tu interlocutor para demostrarle interés y atención, mientras que la otra persona suele desviar a menudo la mirada cuando te habla. Si nos miran fijamente al hablarnos es fácil que nos pongamos nerviosos, sobre todo porque aparece el dilema de sostener durante demasiado tiempo una mirada, frente a desviar los ojos, algo que puede ser interpretado como falta de interés. Después, cuando te dispones a tomar la palabra, desvías la mirada un instante, justo antes de empezar a hablar, para hacer ver que te dispones a dar una respuesta considerada y meditada. Por supuesto, la persona con la que hablas no es consciente de todo esto, pero a un nivel sutil está captando todos estos mensajes y probablemente tiene ya una impresión bastante favorable ti.
Mientras estáis sentados en la terraza de un café, te alegras de que el día esté nublado, pues con esas lentillas que te has puesto te molestaría demasiado el sol y sabes que las gafas también tienen algo que decir. Tienden a producir una impresión negativa, sobre todo si son oscuras o con cristales brillantes, ya que impiden el acceso a una fuente importante de información. Pueden dar la sensación de frialdad, distanciamiento o falta de sinceridad, aunque también transmiten inteligencia, seriedad y autoridad. La persona que te habla con gafas de sol oscuras está diciéndote lo inaccesible que es y lo difícil que lo tienes para llegar hasta ella. Dan la sensación de gran reserva y rechazo a entablar una conversación, aunque, por supuesto, puede tratarse tan sólo de inseguridad. A veces se utilizan como un modo de esconderse ante la mirada ajena.
El lugar hacia donde dirigimos la mirada dice también mucho. Cuando se trata de personas que acabamos de conocer se mantiene la mirada dentro del triángulo formado por los ojos y la nariz, y entre amigos se amplía ese triángulo para incluir la boca. Bajar la mirada por debajo de la cara tiende a interpretarse como un mayor deseo de intimidad y puede hacer que una persona, sobre todo si es mujer, se sienta nerviosa o enfadada al verlo como una insinuación sexual.
El tiempo durante el cual una persona mantiene su mirada puede darnos también algunas pistas. Las personas inseguras la mantienen menos. Cuando se habla de temas personales disminuye el contacto visual y cuando alguien nos elogia sucede justo lo contrario.
Fuente: http://www.cepvi.com/articulos/gestos2.shtml
Una vez iniciada una conversación es mucha la información que podemos obtener de nuestro interlocutor si sabemos prestar atención al lenguaje de su cuerpo. Los ojos tienen una gran importancia y es mucho lo que podemos decir con ellos. No es extraño, por tanto, escuchar expresiones como "Hay miradas que matan", "Tenía una mirada de hielo" o "Me abrasó con su mirada". Hay miradas burlonas, miradas iracundas, miradas de sorpresa e incluso miradas veladas.
Al escuchar, miras atentamente a los ojos de tu interlocutor para demostrarle interés y atención, mientras que la otra persona suele desviar a menudo la mirada cuando te habla. Si nos miran fijamente al hablarnos es fácil que nos pongamos nerviosos, sobre todo porque aparece el dilema de sostener durante demasiado tiempo una mirada, frente a desviar los ojos, algo que puede ser interpretado como falta de interés. Después, cuando te dispones a tomar la palabra, desvías la mirada un instante, justo antes de empezar a hablar, para hacer ver que te dispones a dar una respuesta considerada y meditada. Por supuesto, la persona con la que hablas no es consciente de todo esto, pero a un nivel sutil está captando todos estos mensajes y probablemente tiene ya una impresión bastante favorable ti.
Mientras estáis sentados en la terraza de un café, te alegras de que el día esté nublado, pues con esas lentillas que te has puesto te molestaría demasiado el sol y sabes que las gafas también tienen algo que decir. Tienden a producir una impresión negativa, sobre todo si son oscuras o con cristales brillantes, ya que impiden el acceso a una fuente importante de información. Pueden dar la sensación de frialdad, distanciamiento o falta de sinceridad, aunque también transmiten inteligencia, seriedad y autoridad. La persona que te habla con gafas de sol oscuras está diciéndote lo inaccesible que es y lo difícil que lo tienes para llegar hasta ella. Dan la sensación de gran reserva y rechazo a entablar una conversación, aunque, por supuesto, puede tratarse tan sólo de inseguridad. A veces se utilizan como un modo de esconderse ante la mirada ajena.
El lugar hacia donde dirigimos la mirada dice también mucho. Cuando se trata de personas que acabamos de conocer se mantiene la mirada dentro del triángulo formado por los ojos y la nariz, y entre amigos se amplía ese triángulo para incluir la boca. Bajar la mirada por debajo de la cara tiende a interpretarse como un mayor deseo de intimidad y puede hacer que una persona, sobre todo si es mujer, se sienta nerviosa o enfadada al verlo como una insinuación sexual.
El tiempo durante el cual una persona mantiene su mirada puede darnos también algunas pistas. Las personas inseguras la mantienen menos. Cuando se habla de temas personales disminuye el contacto visual y cuando alguien nos elogia sucede justo lo contrario.
Fuente: http://www.cepvi.com/articulos/gestos2.shtml
Qué dice una sonrisa: Comunicación no verbal (CNV).
Hace algunas semanas leía un artículo publicado en “elmundo.es” titulado: El rostro no siempre es el espejo del alma. El trabajo, muy bien documentado, nos invita a desconfiar de una sonrisa.
La única corrección que yo haría sobre este articulo tiene que ver con el número de sonrisas descubiertas por Paul Ekman. Ekman, experto en las emociones humanas, identifico dieciocho tipos de sonrisas y no siete como asegura el “elmundo.es”. El psicólogo y científico estadounidense se paso un año completo enfrente de un espejo aprendiendo “a controlar voluntariamente cada uno de los casi doscientos músculos de la cara” (Goleman 67).
Es una realidad es que no todas las sonrisas tienen implicaciones positivas, los seres humanos utilizamos este gesto para ocultar nuestros verdaderos sentimientos ¿Por qué? Simplemente porque para dibujar una sonrisa basta mover un solo musculo “que podemos accionar voluntariamente”, el gesto se convierte entonces en “la mejor máscara… actua como camuflaje” (elmundo.es).
Identificar una sonrisa genuina es bastante sencillo pero el imitarla, no lo es tanto, deben de estar presentes sentimientos positivos como el placer o la diversión. Podemos identificar este tipo de sonrisas “por la activación involuntaria de dos grupos musculares”, hay elevación en ambas comisuras de la boca, en forma simétrica y el segundo grupo, marca arrugas en las comisuras de los ojos (Patas de gallo).
De tal forma, y tal como dice el artículo publicado en “elmundo.es”; poner atención en los gestos de las personas nos da una idea de sus verdaderas intenciones. Las mujeres suelen ser expertas en descubrir una sonrisa hipócrita o desdeñosa por ejemplo.
Pero creo que es importante reflexionar sobre los alcances positivos de una sonrisa. Muchos seguramente han escuchado el dicho tibetano: “Cuando le sonríes a la vida, la mitad de la sonrisa es para tu rostro y la otra mitad para el rostro de otra persona”. Daniel Goleman escribe en la “Inteligencia Social” que: “Las sonrisas tienen una ventaja por encima de todas las otras expresiones emocionales: el cerebro humano prefiere rostros felices, los reconoce más presta y rápidamente que aquellos con expresiones negativas, un efecto conocido como la “ventaja del rostro feliz” (Goleman 68).
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He conocido a muchas personas que aseguran que la imagen del payaso triste les causa “bronca” (incluido yo), se sienten inmediatamente tristes, ansiosos, nerviosos y hasta temerosos. Un personaje que por lo general nos hace reír, nos muestra en esta pintura otro rostro que no es del agrado de las personas con una gran capacidad de empatía (de sentir, literalmente, las emociones de otro individuo). Como dice Goleman: “el cerebro humano prefiere rostros felices”.
Es así que las relaciones entre completos desconocidos son por demás interesantes, la primera impresión que nos da una persona se basa en una percepción que muchas veces no es justificada. Solemos deliberar que una persona no es de nuestro agrado porque es: mal encarada, seria o “parece sangrona” pero muchas veces nosotros mismos no propiciamos esa sonrisa que esperámos de nuestra contraparte. “A pesar del lugar demasiado prominente de la agresión en los asuntos humanos, no estamos innatamente preparados para que desde el principio nos desagraden las personas” (Goleman 68). En otras palabras; si quieres que alguien te sonría, sonríele tu primero.
La sonrisa no es solo una forma de conocer las emociones de otra persona, sino de trasmitir las propias, si bien no todos los individuos son capaces de interpretar los gestos, a un nivel inconsciente sí. “Si aprendemos a reconocer las historias que originan las emociones y a identificar cuando intentamos ocultarlas, podemos mejorar nuestra comunicación, modificar nuestras respuestas y minimizar el impacto emocional en los demás” (Ekman elmundo.es)
José Manuel Guevara S.
Anexos: A continuación expongo las otras seis sonrisas consideradas por “elmundo.es”:
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Amortiguada. Sentimientos positivos aunque disimulando la intensidad. Se aprietan los labios, salen “patas de gallo” y se estiran las comisuras de los labios.
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Falsa. Su fin es camuflar, convencer al otro de que se siente una impresión positiva. Contradice la emoción interior. De todas, es la única sonrisa mentirosa.
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Burlona. Llamada también “de Chaplin”. Poco corriente. Los labios se elevan en un ángulo muy pronunciado. Insolente, se alegra del mismo hecho de sonreír.
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Desdeñosa. Contracción del músculo orbicular de los labios, protuberancia en torno a las comisuras y, a veces, hoyuelo. Se confunde con una auténtica
Temerosa. No hay expresión positiva. El músculo risorio tira de los labios hacia las orejas y los labios quedan en posición rectangular.
Triste. Muestra emociones negativas sin querer ocultar la desdicha. Es asimétrica y prolongada. Habitualmente implica que la persona no va a quejarse.
La única corrección que yo haría sobre este articulo tiene que ver con el número de sonrisas descubiertas por Paul Ekman. Ekman, experto en las emociones humanas, identifico dieciocho tipos de sonrisas y no siete como asegura el “elmundo.es”. El psicólogo y científico estadounidense se paso un año completo enfrente de un espejo aprendiendo “a controlar voluntariamente cada uno de los casi doscientos músculos de la cara” (Goleman 67).
Es una realidad es que no todas las sonrisas tienen implicaciones positivas, los seres humanos utilizamos este gesto para ocultar nuestros verdaderos sentimientos ¿Por qué? Simplemente porque para dibujar una sonrisa basta mover un solo musculo “que podemos accionar voluntariamente”, el gesto se convierte entonces en “la mejor máscara… actua como camuflaje” (elmundo.es).
Identificar una sonrisa genuina es bastante sencillo pero el imitarla, no lo es tanto, deben de estar presentes sentimientos positivos como el placer o la diversión. Podemos identificar este tipo de sonrisas “por la activación involuntaria de dos grupos musculares”, hay elevación en ambas comisuras de la boca, en forma simétrica y el segundo grupo, marca arrugas en las comisuras de los ojos (Patas de gallo).
De tal forma, y tal como dice el artículo publicado en “elmundo.es”; poner atención en los gestos de las personas nos da una idea de sus verdaderas intenciones. Las mujeres suelen ser expertas en descubrir una sonrisa hipócrita o desdeñosa por ejemplo.
Pero creo que es importante reflexionar sobre los alcances positivos de una sonrisa. Muchos seguramente han escuchado el dicho tibetano: “Cuando le sonríes a la vida, la mitad de la sonrisa es para tu rostro y la otra mitad para el rostro de otra persona”. Daniel Goleman escribe en la “Inteligencia Social” que: “Las sonrisas tienen una ventaja por encima de todas las otras expresiones emocionales: el cerebro humano prefiere rostros felices, los reconoce más presta y rápidamente que aquellos con expresiones negativas, un efecto conocido como la “ventaja del rostro feliz” (Goleman 68).
He conocido a muchas personas que aseguran que la imagen del payaso triste les causa “bronca” (incluido yo), se sienten inmediatamente tristes, ansiosos, nerviosos y hasta temerosos. Un personaje que por lo general nos hace reír, nos muestra en esta pintura otro rostro que no es del agrado de las personas con una gran capacidad de empatía (de sentir, literalmente, las emociones de otro individuo). Como dice Goleman: “el cerebro humano prefiere rostros felices”.
Es así que las relaciones entre completos desconocidos son por demás interesantes, la primera impresión que nos da una persona se basa en una percepción que muchas veces no es justificada. Solemos deliberar que una persona no es de nuestro agrado porque es: mal encarada, seria o “parece sangrona” pero muchas veces nosotros mismos no propiciamos esa sonrisa que esperámos de nuestra contraparte. “A pesar del lugar demasiado prominente de la agresión en los asuntos humanos, no estamos innatamente preparados para que desde el principio nos desagraden las personas” (Goleman 68). En otras palabras; si quieres que alguien te sonría, sonríele tu primero.
La sonrisa no es solo una forma de conocer las emociones de otra persona, sino de trasmitir las propias, si bien no todos los individuos son capaces de interpretar los gestos, a un nivel inconsciente sí. “Si aprendemos a reconocer las historias que originan las emociones y a identificar cuando intentamos ocultarlas, podemos mejorar nuestra comunicación, modificar nuestras respuestas y minimizar el impacto emocional en los demás” (Ekman elmundo.es)
José Manuel Guevara S.
Anexos: A continuación expongo las otras seis sonrisas consideradas por “elmundo.es”:
Amortiguada. Sentimientos positivos aunque disimulando la intensidad. Se aprietan los labios, salen “patas de gallo” y se estiran las comisuras de los labios.
Falsa. Su fin es camuflar, convencer al otro de que se siente una impresión positiva. Contradice la emoción interior. De todas, es la única sonrisa mentirosa.
Burlona. Llamada también “de Chaplin”. Poco corriente. Los labios se elevan en un ángulo muy pronunciado. Insolente, se alegra del mismo hecho de sonreír.
Desdeñosa. Contracción del músculo orbicular de los labios, protuberancia en torno a las comisuras y, a veces, hoyuelo. Se confunde con una auténtica
Temerosa. No hay expresión positiva. El músculo risorio tira de los labios hacia las orejas y los labios quedan en posición rectangular.
Triste. Muestra emociones negativas sin querer ocultar la desdicha. Es asimétrica y prolongada. Habitualmente implica que la persona no va a quejarse.
Comunicaciones Efectivas: No es lo Que se Dice, Sino Cómo se Dice
Por Marielys Camacho-Reyes
29 de mayo 2011 12:33 AM EDT
Las comunicaciones verbales y no-verbales se encuentran en cada uno de los aspectos de las interacciones que hacen las personas. Existe mucha documentación que manifiesta que las comunicaciones buenas y efectivas se consideran como una clave esencial en la creación de excelentes relaciones y a la misma vez, es una de las capacidades interpersonales más importantes que un individuo puede poseer. Desafortunadamente, cuando las personas practican la comunicación no-efectiva, pueden llegar a crear una sensación de desconfianza, incomodidad e incertidumbre en sus relaciones personales y profesionales.
Usted recuerda ¿cuándo fue la última vez que tuvo un mal entendido en el trabajo, en público o con un ser amado?
Yo ciertamente recuerdo mi último mal entendido como si hubiera sido ayer. Iba camino a la caja a pagar mis compras en una tienda y cuando estaba por poner los productos que iba a comprar en el área de la caja, la cajera me gritó para decirme que esa caja estaba cerrada. Me sorprendió el tono de su voz con el que me habló así es que me fui adonde el gerente y me quejé con él.
Cuando la cajera regresó para disculparse me dijo, "no me disculpo por lo que dije porque obviamente esa caja estaba cerrada, pero sí me disculpo por la forma cómo lo dije; fue grosero, fuera de lugar y le prometo que no volverá a suceder." Al principio estaba molesta y no estaba escuchando lo que me decía la señora, sin embargo sus palabras se quedaron grabadas en mi mente y me repetía todo el día, no es lo que se dice, sino cómo se dice.
Ese incidente me hizo pensar acerca de la importancia de las buenas capacidades de comunicación no solo en el lugar de trabajo sino que en todas nuestras actividades diarias.
Debemos de practicar la comunicación efectiva en todos los aspectos de nuestras vidas y de esta manera podremos crear mejores relaciones, promover mejores oportunidades profesionales y personales y aumentará nuestra confianza en nosotros mismos y nuestro grado de conocimiento de uno mismo. Es muy importante entender que la manera cómo nos comunicamos con otras personas tiene un gran impacto, no solo en nuestras vidas profesionales sino también en nuestras vidas personales, así como en las vidas de las personas que nos rodean. En otras palabras, cuando desarrollamos excelentes capacidades de comunicación podemos a su vez incrementar nuestras probabilidades de lograr mejores relaciones personales y nos puede ayudar a convertirnos en individuos de mucho éxito.
A continuación se encuentran algunos consejos para que practiquen la comunicación efectiva:
Piense antes de hablar: Asegúrese que lo que está por decir es el verdadero mensaje que quiere transmitir.
Sea honesto(a): Diga lo que quiere decir pero asegúrese que lo que dice es lo que en realidad usted quiere manifestar.
Escuche: La comunicación efectiva también aplica a la parte auditiva. Practique sus técnicas de comunicación y escucha activa en todas sus comunicaciones verbales y no-verbales.
Haga preguntas: Al hacer preguntas, usted podrá asegurarse de que transmitió su mensaje efectiva y exitosamente y esto evitará suposiciones o malos entendidos.
Respete las opiniones: Respeto a las opiniones de otras personas no solo promoverá comunicaciones efectivas sino que también creará un ambiente saludable y pacífico.
Las comunicaciones efectivas y excelentes no son capacidades "difíciles de aprender." Solamente requiere que la persona tenga el deseo de transmitir un mensaje conciso, efectivo y valioso y de la capacidad del receptor de practicar la técnica de una escucha activa para poder entender el mensaje de manera efectiva.
Un último consejo; la próxima vez que necesite transmitir un mensaje recuerde: lo importante no es lo que dice, sino cómo lo dice.
Fuente: http://www.impre.com/la-gente-dice/viewArticle.action?articleId=281474978832655
29 de mayo 2011 12:33 AM EDT
Las comunicaciones verbales y no-verbales se encuentran en cada uno de los aspectos de las interacciones que hacen las personas. Existe mucha documentación que manifiesta que las comunicaciones buenas y efectivas se consideran como una clave esencial en la creación de excelentes relaciones y a la misma vez, es una de las capacidades interpersonales más importantes que un individuo puede poseer. Desafortunadamente, cuando las personas practican la comunicación no-efectiva, pueden llegar a crear una sensación de desconfianza, incomodidad e incertidumbre en sus relaciones personales y profesionales.
Usted recuerda ¿cuándo fue la última vez que tuvo un mal entendido en el trabajo, en público o con un ser amado?
Yo ciertamente recuerdo mi último mal entendido como si hubiera sido ayer. Iba camino a la caja a pagar mis compras en una tienda y cuando estaba por poner los productos que iba a comprar en el área de la caja, la cajera me gritó para decirme que esa caja estaba cerrada. Me sorprendió el tono de su voz con el que me habló así es que me fui adonde el gerente y me quejé con él.
Cuando la cajera regresó para disculparse me dijo, "no me disculpo por lo que dije porque obviamente esa caja estaba cerrada, pero sí me disculpo por la forma cómo lo dije; fue grosero, fuera de lugar y le prometo que no volverá a suceder." Al principio estaba molesta y no estaba escuchando lo que me decía la señora, sin embargo sus palabras se quedaron grabadas en mi mente y me repetía todo el día, no es lo que se dice, sino cómo se dice.
Ese incidente me hizo pensar acerca de la importancia de las buenas capacidades de comunicación no solo en el lugar de trabajo sino que en todas nuestras actividades diarias.
Debemos de practicar la comunicación efectiva en todos los aspectos de nuestras vidas y de esta manera podremos crear mejores relaciones, promover mejores oportunidades profesionales y personales y aumentará nuestra confianza en nosotros mismos y nuestro grado de conocimiento de uno mismo. Es muy importante entender que la manera cómo nos comunicamos con otras personas tiene un gran impacto, no solo en nuestras vidas profesionales sino también en nuestras vidas personales, así como en las vidas de las personas que nos rodean. En otras palabras, cuando desarrollamos excelentes capacidades de comunicación podemos a su vez incrementar nuestras probabilidades de lograr mejores relaciones personales y nos puede ayudar a convertirnos en individuos de mucho éxito.
A continuación se encuentran algunos consejos para que practiquen la comunicación efectiva:
Piense antes de hablar: Asegúrese que lo que está por decir es el verdadero mensaje que quiere transmitir.
Sea honesto(a): Diga lo que quiere decir pero asegúrese que lo que dice es lo que en realidad usted quiere manifestar.
Escuche: La comunicación efectiva también aplica a la parte auditiva. Practique sus técnicas de comunicación y escucha activa en todas sus comunicaciones verbales y no-verbales.
Haga preguntas: Al hacer preguntas, usted podrá asegurarse de que transmitió su mensaje efectiva y exitosamente y esto evitará suposiciones o malos entendidos.
Respete las opiniones: Respeto a las opiniones de otras personas no solo promoverá comunicaciones efectivas sino que también creará un ambiente saludable y pacífico.
Las comunicaciones efectivas y excelentes no son capacidades "difíciles de aprender." Solamente requiere que la persona tenga el deseo de transmitir un mensaje conciso, efectivo y valioso y de la capacidad del receptor de practicar la técnica de una escucha activa para poder entender el mensaje de manera efectiva.
Un último consejo; la próxima vez que necesite transmitir un mensaje recuerde: lo importante no es lo que dice, sino cómo lo dice.
Fuente: http://www.impre.com/la-gente-dice/viewArticle.action?articleId=281474978832655
La importancia de las manos en la comunicación no verbal
Quien no ha oído la expresión "hablar con las manos". Son fundamentales en la comunicación no verbal. Generalmente: palmas hacia arriba y abiertas, indican sinceridad, honestidad. Palmas hacia abajo, abiertas, significan una posición dominante y en ocasiones, poca honestidad (cuando se quiere mentir). Si cerramos la mano y apuntamos con un dedo, suele indicar una posición dominante y algo agresiva. En cuanto a los apretones de manos: cuando las manos están verticales, significa igualdad. Si nuestra mano está por encima, significa dominio, control, y si está debajo, sumisión, recato. Si se hace con fuerza significa seguridad.
El apretón de manos puede ir acompañado de otras acciones, como poner la otra mano encima haciendo un bocadillo a la mano de la persona saludada. Si se utiliza con gente conocida demuestra confianza; con gente desconocida el efecto es el contrario. Dar la mano y agarrar la muñeca o agarrar el codo, solo se debe hacer con personas conocidas o del entorno cercano. Dar la mano y agarrar el brazo o el hombro, solo debería hacerse en casos de gran amistad o relaciones muy personales, al tener que invadir la zona íntima de una persona. Estos gestos son interpretados como símbolo de honestidad y sinceridad en personas cercanas y el efecto contrario en personas desconocidas o recién presentadas.
Entrelazar las manos: puede ser a la altura de la cara, apoyados en la mesa, o de pié en la parte baja de la cintura. Según algunos estudios, parece ser que existe relación entre la altura de las manos entrelazadas y la actitud negativa. A mayor altura, mayor negatividad. Frotarse las manos: tiene un significado positivo, se espera algo bueno, una expectativa positiva, un buen entendimiento entre las partes. Juntar las yemas de los dedos de ambas manos, significa un alto grado de confianza en uno mismo, y una seguridad. Hacia arriba se utiliza cuando se opina sobre algo; hacia abajo se suele utilizar cuando se está escuchando.
Cuando cruzamos y agarramos nuestras manos por detrás de la espalda, denota un alto grado de seguridad en nosotros mismos y una clara posición dominante. En cambio, si lo que cogemos por la parte trasera son nuestras muñecas es signo de intranquilidad e inseguridad. Dicen que los pulgares representan la fuerza del carácter, por eso son utilizados para destacar ciertos gestos. Meterse las manos en los bolsillos dejando los pulgares fuera es signo de poderío , de dominación, de seguridad. Lo mismo pero más disimulado, si se meten en los bolsillos traseros. También cruzar los brazos dejando los pulgares fuera, es signo de actitud dominante.
fuente:
http://www.protocolo.org/social/conversar_hablar/comunicacion_no_verbal_la_importancia_de_los_gestos.html
El apretón de manos puede ir acompañado de otras acciones, como poner la otra mano encima haciendo un bocadillo a la mano de la persona saludada. Si se utiliza con gente conocida demuestra confianza; con gente desconocida el efecto es el contrario. Dar la mano y agarrar la muñeca o agarrar el codo, solo se debe hacer con personas conocidas o del entorno cercano. Dar la mano y agarrar el brazo o el hombro, solo debería hacerse en casos de gran amistad o relaciones muy personales, al tener que invadir la zona íntima de una persona. Estos gestos son interpretados como símbolo de honestidad y sinceridad en personas cercanas y el efecto contrario en personas desconocidas o recién presentadas.
Entrelazar las manos: puede ser a la altura de la cara, apoyados en la mesa, o de pié en la parte baja de la cintura. Según algunos estudios, parece ser que existe relación entre la altura de las manos entrelazadas y la actitud negativa. A mayor altura, mayor negatividad. Frotarse las manos: tiene un significado positivo, se espera algo bueno, una expectativa positiva, un buen entendimiento entre las partes. Juntar las yemas de los dedos de ambas manos, significa un alto grado de confianza en uno mismo, y una seguridad. Hacia arriba se utiliza cuando se opina sobre algo; hacia abajo se suele utilizar cuando se está escuchando.
Cuando cruzamos y agarramos nuestras manos por detrás de la espalda, denota un alto grado de seguridad en nosotros mismos y una clara posición dominante. En cambio, si lo que cogemos por la parte trasera son nuestras muñecas es signo de intranquilidad e inseguridad. Dicen que los pulgares representan la fuerza del carácter, por eso son utilizados para destacar ciertos gestos. Meterse las manos en los bolsillos dejando los pulgares fuera es signo de poderío , de dominación, de seguridad. Lo mismo pero más disimulado, si se meten en los bolsillos traseros. También cruzar los brazos dejando los pulgares fuera, es signo de actitud dominante.
fuente:
http://www.protocolo.org/social/conversar_hablar/comunicacion_no_verbal_la_importancia_de_los_gestos.html
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